Has venido por el camino de la
enredadera,
por el que caen las hojas
cuando llega el otoño a la esperanza.
He visto tu cabellera ondear al
viento
mientras una sonrisa se dibujaba en
el horizonte
bailando al compás de tu silueta,
he sentido tu aliento acariciar mi
rostro
envuelto por la brisa
y mis brazos se precipitaron en tu
busca
estrechando tu cuerpo,
mientras mis labios te cantaban mi
amor,
mientras mi cuerpo se estremecía,
las lágrimas bañaron mis mejillas
en un beso salado, tibio
que al caer sobre tu cara me hizo
despertar
abrazada a una almohada que aún
conserva tu aroma.
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