la forma en
que te das sin reservas
dejando en
mis manos
cada trozo
de piel y alma,
cada
trayecto al placer y al dolor,
cada esquina
en el camino
por donde lo
deseos te engrandecen
o
simplemente se quedan a las puertas
que cierro
en medio de la noche,
mientras tu
los pones una y otra vez
en mis pies,
a mis pies
y jugamos a
ser y no ser
a llegar sin
presencia
a presenciar
momentos sublimes,
irrepetibles
únicos
inmensos
momentos
donde te llevo y me voy,
donde tu
piel se rompe
mientras se
curan las heridas del alma