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viernes, 8 de agosto de 2014

Suspense...



No importan las palabras
sabes que mi mirada baña tu imagen,
no es tu piel, no son tus formas
eres tú que llegas suave, lenta,
con pasos imperceptibles
y mi imaginación vuela,
te veo entregada
envuelta en una red que voy tejiendo
paso a paso
nudo a nudo,
para después cubrir tu cuerpo de besos
llegando a cada poro
a cada espacio donde las cuerdas no lo cubren,
ahora
te balanceas en el aire
y el látigo se recrea, visita cada rincón
caricia suave, preludio de la penitencia
la estancia arde entre zics-zacs
música que en tus oídos desata la lujuria,
en tu sexo la lluvia del deseo,
mis manos lo recorren, mis dedos
provocan las voces del placer.
Vuelvo a la realidad
y te pienso de nuevo suavemente
llegando con ese halo
que me provoca a encerrarte un día
en mi mazmorra.

Lluvia





Llegaste en cascada de caricias
desdibujando soledades,
me paseo sobre tus deseos
y los lleno de mi paso a paso,
colina tras colina,
depresión tras depresión
y la firmeza de tus senos
que provocan mis labios
y el calor de tu piel enciende
las llamas de la lujuria
y  me condena
a viajar sobre tu espalda
y me paraliza un palmo
por debajo del ecuador
de tu anatomía
dejando  mi calor sobre
las humedades de tu sexo
y tus manos que se aferran
a mi espalada
para que  nuestros sexos
no escapen del abrazo
y se fundan cual  lluvia
que cae sobre un volcán