mi
campo de batalla,
se
desbordan mis olas
por
alcanzar tú orilla
por
romper el acantilado
de tus
senos
y bajar
lentamente
dibujando
tu cuerpo
hasta
encontrar el manantial
de
donde parte el río
que
humedece mis manos
y que
sella mis labios.
Es el
deseo por ti
la
lluvia de colores
que me
regalas
siempre
con tu cuerpo.