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lunes, 29 de septiembre de 2014

Lo demás no lo entiendo




Un atardecer, un anochecer,
una esperanza, un sueño,
un rayo de sol, una nube,
un día que termina, uno que llega,
una esperanza que se lleva el invierno,
un huracán que trae viejas memorias,
la luna entre tinieblas, su sonrisa,
el mar rugiendo a gritos la llegada,
caracolas que viajan con las olas,
oleadas de recuerdos invencibles
eso es amor. Lo demás no lo entiendo.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Para una flor



Hoy no es un día cualquiera
porque temprano en la mañana
imperceptiblemente miraste a mi ventana
no pude verte, no me percaté de tu presencia
pero estuviste allí. entre las rosas y las espinas,
entre el placer y el dolor
y me pregunto cómo será tu mirada
cuando contemplas tanto consuelo y desconsuelo,
tanto amor en medio de una contienda
que a veces comienza en versos,
para seguir en besos,  
pasando por cueros y atadaduras
y culminando en éxtasis o viceversa,
porque no siempre crecen  las flores que más riegas,
algunas necesitan ser podadas
y las tijeras duelen y la uña del jardinero
quitando los esquejes, también duele
pero ellas lo necesitan y a mí me encantan las flores.
Por eso, hoy no es un día cualquiera
hay una flor que adorna la primavera de mis versos
y aún no está podada
ni siquiera bañada por los besos.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Contradicciones



Es muy fácil amarte
y desamarte a veces,
es muy fácil
quererte y desquererte
fácil es odiarte y adorarte
olvidarte o seguirte
hasta la muerte,
eres contradicción  en armonía
intersección o punto equidistante
del amor eres tú, fotografía,
pues igual que destilas alegría
despertarás la pena en un instante.

El grito del mar

Y llegó la noche borrando luces,
deshaciendo caminos o apurándolos,
llevándome de la mano,
lenta, implacable,
dueña de mi destino
y se coló en mi vida sin aviso
sin por qués o con ellos, pero noche.

Y el nuevo día trajo un sol a mis ojos,
ha sido tanta la oscuridad,
poco a poco se abre paso, avanza,
llena de claridad el día
en ella busco la calma,
es la luz
la fuerza para subir a lo alto de la torre
o para bajar al borde del abismo.

Y el mar se deja escuchar,
me llama a su encuentro cercano,
a gritos
para poner distancia con los astros,
con su húmeda voz
rugiendo en la inmensidad
lo que la noche y el sol no pueden ver.