Hoy
quisiera viajar
a las
profundidades
de mis
ganas,
dejar
caer los
besos
sobre
tu cuerpo
sin
seguir caminos,
como
quien va perdiendo
pequeños
objetos,
un beso
aquí, otro allá
y mil
caricias locas
despistadas,
donde
la primera ignora
el
camino de la siguiente,
hasta
que mi labios
secos
de pasión
busquen
la fuente
entre
tus piernas
y se
aplaque mi sed
con la
tormenta de tu deseo.