que hay
que empezar de nuevo,
me
besas en el cuello
los
senos y las manos
y me
hablas muy quedo
y me excita
tu aliento,
debajo
del ombligo
siento
un ardor de fuego,
mi
pasión se rebela
mi
lengua cual serpiente
se
recrea en tu sexo
ya no
hablamos, rugimos
como
bestias en celo,
hasta
que nuestros labios
pronuncian
un te quiero.