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viernes, 14 de noviembre de 2014

La promesa

Dios me dijo que vendrías,
bien me advirtió tu llegada,
con corona de laureles
y claveles en el alma.

 Y  yo pregunto ¡Dios mío!
¿Por qué desatas mis ansias?
Si a pesar de la corona,
los laureles, su llegada,
no quiere tocar al fondo
de esta, mi alma enlutada,
perdiéndose entre las nubes,
de horas desperdiciadas,
renunciando a los placeres
del amor y sus bonanzas,
dejándome su corona
puesta allí, sobre mí llaga.

 Dios me dijo que vendrías,
Más no cuando te marchabas
y hoy de nuevo le pregunto:
¿Cuándo me traerás su alma?
Quiero me lo traigas todo
Y si no, no me des nada.