Sí mi
sueño fuera cierto
las
rosas del anochecer
estarían
revestidas de tú aroma,
semejaran
la arena de la playa
en su
textura
y cada
una de ellas
ya nos
habría recibido en un abrazo,
el que
nos brindan en cada visita,
por
ello saben cuándo estas
porque
ninguna queda en el olvido,
porque
pasamos sobre ellas
una y mil veces,
porque
son víctimas de nuestros excesos,
porque
saben cuan salvaje
es
nuestra forma de amar.
Por
ello he tenido un diálogo
con
nuestro jardín nocturno
para
que nos esperen,
porque
en breve le haremos
una
visita.