He abierto los ojos
porque tus manos
han volado mi cuerpo
lentas, interminables
tus labios ponen un enjambre
de abejas
en mis ardientes pechos,
mi cuerpo va sintiendo
como un millar de insectos
van viajando a mansalva
toda su anatomía,
cierro los ojos, me deleito en tu boca
y detengo tus manos en mis hombros,
mis entrañas arden,
el cráter en mi fuente de la vida
está a punto de estallar
deja brotar la lava,
también tú
ardes en vapores de pasión,
te abrazas fuertemente a mi cintura
y de nuestras entrañas
nace el milagro
¿quién dijo que Dios
no nos bendice ?