la música del cuerpo,
busco el do en tus senos
redondos y turgentes
señores del deseo,
me escapo a tu reverso,
está el re allí en tu espalda,
el canto del mí en mis besos,
sigo buscando el fa
en rincones secretos
de los pies a tus sueños,
y cuando llego al sol
ya tengo un la perverso
y tu cantas conmigo
y yo muero en tu cuerpo
hasta que un sí profundo
eleva el coro al cielo.