colgando
de la puerta
por la
que entre en tu alcoba,
olvidaré
el amor guardado en mis entrañas
para
darte los besos
con
rabia contenida
y sacar
la miel de tus labios mezclada con dolor,
el
dolor de los míos en su fiereza
convulsionando
al compás de tus caderas bajo de la tormenta
de mi
cuerpo,
el
dolor de tu cuerpo por la rabia
de mis
dientes
mordiendo
tu espalda,
tus glúteos
cada
rincón de ti
hasta
desesperarte por mi boca
que te
niego en favor del placer.