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jueves, 31 de julio de 2014

Tú, el clavo y la canela



Sé que no hueles a clavo
y tampoco eres Gabriela,
más cuando te veo desnuda
hay en tu piel el color
tentador de la canela,
ese que invita a mis labios
a beberte toda entera,
el que hace arder mis sentidos
el que la razón me altera.
Es tú color, es tu aroma
que no es a clavo, lo sé,
que tampoco eres Gabriela
mas se adhiere a mis entrañas
cual frondosa enredadera
y es a ti a quien siempre veo
en el aire y en las nubes,
en la luz de la mañana,
en el ruido, en el silencio,
eres como una montaña
de deseos y pensamientos,
ya lo sé, no eres Gabriela
mas como a ella te veo.
Eres única mujer,
única en el sentimiento
en tus besos y palabras,
en la expresión de tu cuerpo,
naciste para ser musa,
en las ideas, en el sexo,
para despertar pasiones
que se las quede el recuerdo
entre páginas de un libro
o en estos sencillos versos.