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domingo, 9 de noviembre de 2014

Asalto al corazón

No, no quiero pensar en ella,
no dar motivos al corazón
para que unos extraños
busquen y rebusquen
queriendo encontrar heridas,
arterías con caminos truncados,
arritmias y otros males,
para justificar
que al verla pasar por mi memoria
muera el aire en mis labios
y al recordar sus ojos
una daga lo hiera en lo profundo
y el corazón se duela hasta en el nombre,
no quiero pensar en ella
porque arterias y cavidades
quedarán inundadas
en el torrente de mi sangre en avalancha
y el corazón se ahoga, se detiene
o arranca al trote hasta sus recuerdos
y el barro del dolor le cierra puertas,
obstruye, ahoga, duele, paraliza
y los de fuera abrirán la verja
entrarán a marcar sus pulsaciones.
Pero no, es mía, sólo mía
por favor corazón, no pienses…
así se detendrán,
así podrás guardarla en una de tus celdas
hasta que tu memoria la perdone.