y saborear tu cuerpo codiciosa
te veo desnuda, ardiente, temblorosa
y sólo pienso un día retenerte.
No sé como decirte que mis ojos
ven demonios que salen de tu boca
para morder la mía en furia loca
en inmenso festín de diablos rojos.
Luego presa de gusto y expectante
por la voracidad que me trastoca
yo busco ávida, febril, jadeante
la anhelante matriz entre tus piernas
y succiono su esencia lujuriosa
hasta que se derrumban tus esquemas.