en medio de la ciudad, perdida
y tú tan alta
que no puedo llegarte, hablarte,
tus alas tan blancas, tan fuertes,
entre la lluvia, tocando el cielo,
desafiando el plomo de la tarde.
Y tú tan libre,
yo no puedo igualarte,
despojar mi cuerpo de impurezas,
seguir tu albedrío.
Yo no puedo ser ave,
en este mundo la libertad de tu vuelo
tiene un precio, tan alto,
como inmensa mi esclavitud
en un cuerpo.
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