Buscar este blog

jueves, 25 de septiembre de 2014

Un son para el recuerdo



Y te amé y te amo ahora
del juicio a la sin razón
pues no entiende el corazón
si la pasión me devora.

Si abro mis ojos al viento,
allí estás como si un velo
tejido desde mí anhelo
eternizara el  momento
en que tu sin par belleza
se instaló con sutileza
y me robó el sentimiento.

Y aquí estuvo y aquí está
este instante de locura,
se me escapa la cordura
sólo manda el corazón
en  el viento te dibujas
y a lo lejos se oye un Son .

Mi confidente

Una vez más quise visitarle,
como otras tantas
estaba allí con sus brazos abiertos,
es cierto que hoy no irradiaba luz,
pero su aspecto gris, sobrio
a veces me recuerda donde está cada cosa,
me acerqué como siempre
a contarle el motivo de mí visita
y mientras me besaba los pies
le dije que te amaba
y seguí contando la historia de este amor,
mis lágrimas de felicidad,
de orgullo, de dolor
entonces rugía sin control,
porque sus lágrimas
siempre serán infinitamente más fieras,
más copiosas 
y porque según el,
el amor es todo eso y sólo se vive,
porque si lo cuentas,
el tiempo que empleas para ello 
dejas de vivirlo
y de eso el sabe más que yo.

Después le conté de tú belleza,
el cabello que cae sobre la espalda
y acaba casi cuando toca tú minúscula cintura,
me recordó que te conoce
porque habitas en él,
porque las que como tú,
llenan su vida,
están en todos sus rincones
y a veces en ninguno,
a partir de este instante
sólo quiso tocar mi cara,
cubrir mi cuerpo con su humedad de primavera,
al marcharme
sólo me pidió
que en mi próxima visita te lleve conmigo,
porque quiere conocer
la sirena que me roba la calma,
poniendo la tormenta en mi corazón
para recordarme que existo
y que desde siempre
el mar ha sido mi confidente.