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lunes, 23 de junio de 2014

Vestidos invernales

Es invierno,
la mañana vestida de novia
da los buenos días
a nuestros cuerpos,
hojas que arrastra  el viento
desafiando el gélido amanecer.
Tu fuego absorbe
cada palmo de mí,
me besas
y mis ardientes manos
disfrutan la humedad
entre tus piernas,
allí donde no llegan
los rizos invernales,
dejas que mis dedos
se deslicen
para indagar en lo profundo,
vuelves a besarme,
mientras con furia loca,
entregas a mi mano el deleite
que brota del centro  de la vida
y las montañas celosas,
lentamente,
quizá por nuestra culpa,
lloran su níveos trajes. invierno,
la mañana vestida de novia
da los buenos días
a nuestros cuerpos,
hojas que arrastra  el viento
desafiando el gélido amanecer.
Tu fuego absorbe
cada palmo de mí,
me besas
y mis ardientes manos
disfrutan la humedad
entre tus piernas,
allí donde no llegan
los rizos invernales,
dejas que mis dedos
se deslicen
para indagar en lo profundo,
vuelves a besarme,
mientras con furia loca,
entregas a mi mano el deleite
que brota del centro  de la vida
y las montañas celosas,
lentamente,
quizá por nuestra culpa,

lloran su níveos trajes.