desde
los pies al cabello
dibujando
con la fusta
despertando
tus deseos,
ahora
acaricio tus piernas
retardando
el movimiento,
para
dibujar tú cuerpo
dejando
caer el cuero
sobre
tus morenas carnes
ideadas
para el beso
y
también para el castigo
por
ello a tus tersos senos
los
atare con las cuerdas
hasta
que parezcan cuernos
y
al tomar entre mis labios
el pezón estremecerlo
para
que avise a tú cuerpo
como
a la guerra yo vengo,
dispuesta
a dártelo todo
a
apresar cada recuerdo
a
tocar con mano firme
los
tambores como en tiempos,
de
batalla son tocados
hasta
reventar su cuero.
Y
luego curar heridas
bebiendo
en tus labios secos,
acariciando
tus carnes
y
a tus ojos ya sin velo
besarles
como quién besa
un
alma de terciopelo.
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