prendidas al cuello
de una ola,
bajando del carruaje de espuma
dejaron caer sobre mi cuerpo
su recién estrenada desnudez
y mis sentidos se nublaron
cambiando hasta mi credo,
hasta mis sueños
abrasando mis músculos
envolviéndome en una saco de mar,
el sol anunció el nuevo día
cuando aún jugábamos entre corales
y en un abrazo dimos cabida
a un sueño coronado de locura.
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